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5 problemas típicos del decorador de interiores y cómo evitarlos

Escrito por POLaRT Designs | Nov 18, 2020 2:00:00 PM

 

El interiorismo es una de las profesiones que más satisfacciones puede provocarnos, pero también viene de la mano de algunos retos y dificultades particulares con las que, si llevas tiempo trabajando en esto, seguramente también te has enfrentado en más de una ocasión.

 

En este artículo vamos a abarcar cinco de los problemas más comunes de los decoradores e interioristas, así que no importa si eres veterano en el ramo o apenas vas empezando con tu despacho, dales un vistazo y refresca tus conocimientos para que cada cliente que aceptes y cada propuesta que hagas termine siendo una gran experiencia para ambos.

 

1.- El cliente no es claro con el presupuesto

 

Típico: mandas una propuesta de interiorismo y te das cuenta de que excede por mucho las capacidades económicas de tu cliente o, peor, aún, te das cuenta de que trabajaste con muchas restricciones porque pensabas que el presupuesto era menor a lo que el cliente realmente puede pagar.

La mejor manera de evitar esto es asegurarte de que sales de la primera cita o asesoría con rangos realistas muy claros: una vez que el cliente te indique lo que está buscando, indícale tú cuánto es lo mínimo que necesitarías para materializar una propuesta similar aunque de “gama baja”, y cuánto costaría por mucho una de “gama alta”. Luego, que él te indique dentro de esos extremos con cuál máximo y mínimo se siente cómodo.

 

Aunque obviamente el costo final del proyecto depende de muchas cosas, lo que sí es fundamental es que desde el inicio sepas qué límites no debes exceder.

 

2.- Condiciones inadecuadas

 

Con más frecuencia de lo que nos gustaría, a los diseñadores se nos pide que trabajemos sobre espacios que por una u otra razón todavía no están listos para un proyecto de interiorismo ya que algunas condiciones estructurales y de instalaciones no son óptimas, especialmente cuando hablamos de edificios antiguos o que no han tenido mantenimiento en mucho tiempo.

 

Por ejemplo, no tiene ningún caso hacer una decoración impresionante si se están filtrando goteras en el techo o si primero hay que cambiar las tuberías.

 

Evita enfrentarte con estos problemas a la mitad de la implementación con un sencillo levantamiento de la mano de un profesional en el ramo, y explícale al cliente a detalle en qué condiciones tiene que estar el espacio para que puedas comenzar a trabajar.

 

3.- Espacios demasiado grandes o pequeños

 

Las personas suelen pensar que un proyecto de interiorismo en un lugar pequeño presenta más dificultades que en uno grande, pero en la práctica suele ser todo lo contrario. Cuando te enfrentas a un ambiente sobredimensionado es más complicado ajustarlo a la ergonomía emocional del usuario, especialmente cuando se trata de proyectos residenciales.

Si es el caso, no pierdas de vista la posibilidad de proponer una redistribución del espacio para que una habitación enorme se convierta en dos lugares distintos con propósitos y ventaja propias, y también apóyate con elementos de mobiliario muy atractivos que funjan como protagonistas visuales para que la amplitud no se transforme en sensación de vacío.

 

4.- Demasiada vaguedad o restricciones por parte del cliente

 

A veces los clientes no saben lo que quieren o esperan que les leas el pensamiento, y esto se resuelve llevando desde el inicio un cuestionario con preguntas muy puntuales relacionadas con su personalidad, gustos, y sobre todo, con el tipo de uso que le darán a su espacio y qué sentimientos desean que detone en ellos.

 

Pero en otras ocasiones, por el contrario, los clientes creen tener demasiado claras sus expectativas y eso te restringe mucho la creatividad. Tampoco hay que olvidar que el experto eres tú y muchos de sus requerimientos arbitrarios pueden obstaculizar los alcances del proyecto en lugar de delimitarlos.

 

Si te topas con un prospecto así, lo mejor que puedes hacer es anotar todo lo que te vaya diciendo (tiene que ser de tal color exacto, de tal estilo específico, con tales materiales, etc.) y luego enfrentarlo con esa lista kilométrica y explicarle cuáles puntos se pueden integrar armónicamente y cuáles no. Esto debes hacerlo antes de comenzar a trabajar en una propuesta formal.

 

5.- Clientes abusivos

 

Desgraciadamente, los interioristas tampoco nos libramos de clientes que más que un decorador quieren un todólogo que haga todo a su modo, con mil cambios de último momento y con el mínimo costo posible. Las quejas a este respecto son muchísimas y lo más irónico es que la mayoría podrían evitarse si nos hiciéramos la costumbre de entregar y firmar siempre un contrato como debe de ser, que establezca claramente los requisitos, tiempos y condiciones de pago.

 

Si tienes dudas sobre lo que debe incluir un contrato de interiorismo para protegerte tú y darle seguridad al cliente, revisa este listado.

 

En NICHEO nos encanta escucharte y apoyarte para que tu carrera de interiorismo esté plagada de éxitos. Si te gustaría que profundicemos en algún tema particular ¡escríbenos! recuerda que este blog está hecho y pensado para ti.