A todos nos encantaría tener muebles de maderas preciosas, después de todo, no hay ningún material que supere su belleza y versatilidad. Sin embargo, las maderas resistentes y de calidad son un recurso que se renueva muy lentamente: un árbol puede tardar más de 25 años en alcanzar la madurez, y otros tantos en volverse una fuente ideal de piezas para carpintería.
Por ello, no es raro que muchas de las maderas sólidas más apreciadas ―como el cocobolo, tzalam, cedro y caoba― provengan de fuentes no-sustentables. Es decir, de la tala ilegal en bosques y selvas, lo que conlleva un gran problema de deforestación y daños al medio ambiente. Esto sin tomar en cuenta que, dada la situación que atraviesa el planeta, lo más responsable sería dejar que los árboles cumplan su función natural todo el tiempo que sea posible.
Este problema no es nuevo, y desde hace varias décadas los carpinteros y ebanistas han tratado de encontrar maneras ingeniosas de conservar la estética de la madera en sus piezas, pero consumiendo la menor cantidad posible de este material.
Una de las técnicas más populares para este fin es el enchapado, en el que se aplica una delgada hoja de madera fina sobre un cuerpo de triplay u otra madera más económica, como el pino. Sin embargo, hacer esto es muy complicado cuando las piezas tienen superficies curvas.
Quizás la última innovación en este ámbito sea la madera laminada: una técnica en la que láminas de maderas diversas se adhieren con resinas sintéticas y se les da la forma deseada. En este “sándwich”, las capas interiores son maderas flexibles y resistentes, mientras que únicamente las exteriores provienen de maderas sólidas.
Sin embargo, reducir el consumo de maderas preciosas no es suficiente, hay que eliminarlo por completo, pero hasta hace poco, una de las principales razones que impedían a los fabricantes optar por materiales sintéticos era que estos no tenían la misma belleza, resistencia y calidad que sus contrapartes naturales.
Afortunadamente, hoy en día los avances en las técnicas de moldeo han permitido que las piezas hechas en polímeros y otros materiales sintéticos o reciclables rivalicen con la calidad y la belleza de los muebles de materiales naturales.
Por ello, en esta ocasión queremos contarte acerca del estado del arte en los muebles y objetos de decoración elaborados con materiales de última generación:
Los materiales que están captando la atención de la industria del diseño:
Para aquellos que prefieren los muebles ligeros y utilitarios, tenemos excelentes noticias. Una de las mayores tendencias de los últimos años es la de los polímeros termoformados: es decir, plásticos especiales que al llegar a una cierta temperatura se comportan como plastilina blanda, y se pueden moldear en las formas más caprichosas mediante el uso de planchas o moldes.
Cuando se enfrían, conservan perfectamente las formas que adquirieron y su resistencia mecánica no deja nada que desear.
De este modo, se pueden hacer piezas ligeras con curvas sumamente ergonómicas. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que casi todos los plásticos que pueden termoformarse también son susceptibles de ser reciclados. Por ello, son una de las mejores opciones para la elaboración de muebles contemporáneos.
El poliuretano es un tipo de plástico sumamente popular gracias a que, al someterlo a determinados procesos, se vuelve ideal para elaborar esponjas y espumas que sirven como excelentes aislantes térmicos y sonoros.
Sin embargo, todo este tiempo su potencial estético ha sido desaprovechado, y no fue sino hasta hace poco que, de manera experimental, unos pocos talleres en todo el mundo decidieron emplearlo para producir piezas de mobiliario y decoración.
Los primeros resultados fueron buenos, pero a través de la mejora constante, ahora los muebles de poliuretano se posicionan rápidamente como los nuevos favoritos del mercado gracias a sus increíbles propiedades estéticas.
Por ejemplo, los muebles de POLaRT son fabricados mediante un proceso de vaciado en enormes moldes, que permiten producir estructuras de un sólo cuerpo, sin juntas y sin clavos ni tornillos que se aflojen. Esta superficie continua también hace posible enriquecer la pieza con detalles sumamente intrincados.
En los últimos veinte años, la preocupación por encontrar materiales ecológicos a la vez que resistentes y estéticos ha propiciado el desarrollo de los comprimidos: es decir, materiales hechos con fibras naturales como cáñamo, coco, bambú y kenaf, entre otros.Uno de los primeros usos de estos nuevos materiales tuvo lugar en el nicho de los platos y cubiertos desechables, y pronto también encontraron una excelente aplicación en el packaging.
Gracias al perfeccionamiento de las técnicas para producir y manejar los comprimidos, en años recientes el diseñador Werner Aisslinger, en colaboración con BASF, creó la primer silla monoblock hecha completamente con fibras naturales comprimidas y aglutinadas con un compuesto a base de agua desarrollado por esta empresa.
El resultado es un mueble ecológico, ligero y sorprendentemente resistente. Resulta difícil de creer que esta silla tiene apenas algunos milímetros de espesor a lo largo de toda su superficie.
¿Conocías alguno de estos materiales? ¿Qué te parece la estética que se logra a través de ellos? ¡Cuéntanos en los comentarios!