Por obvias razones, el home office está volviéndose una necesidad y muchos profesionistas han tenido que montar oficinas personales un tanto cuanto improvisadas. Allí es donde entras tú, diseñador o interiorista, para hacer las mejores propuestas y ofrecerle a tus clientes espacios de trabajo en casa ideales para la concentración, la creatividad y la productividad.
Dado que adaptar una habitación para que funcione como una oficina de ensueño es un reto relativamente nuevo, aquí te dejamos diez consejos que te permitirán enamorar a tus clientes con ideas que realmente tomen en cuenta sus necesidades.
Una oficina en casa es una inversión fuerte, por eso, asegúrate de que tu cliente se quede con la tranquilidad de que está pagando por un espacio que va a ser funcional y cómodo durante muchos años y que le va a permitir armonizar tanto el trabajo como la convivencia.
Especialmente si estás trabajando con un profesionista que vive en familia, considera que a veces niños y mascotas pueden provocar estragos, así que piensa en una propuesta en la cual crayones y patitas no pongan en peligro la integridad del diseño y puedan limpiarse fácilmente.
La palabra “oficina” nos remite a espacios sobrios y minimalistas, claro, pero cuando se trata del hogar hay muchas más oportunidades para ser audaces y lograr que tu propuesta se sienta como una extensión de la personalidad de tu cliente.
Mantén todo simple y funcional, pero integra uno o dos elementos estrella que resalten y le den un toque único al espacio. Atrévete a distribuir el mobiliario y la decoración de tal manera que la transición entre el resto de la casa y la oficina sea toda una experiencia.
Cuando estamos trabajando, todos necesitamos tranquilidad, silencio y la menor cantidad de distracciones posibles. Si estás diseñando sobre en un espacio abierto, busca la manera de que quede delimitado por elementos divisorios, como biombos, medios muros o persianas originales.
Además, siempre que te sea posible, utiliza recubrimientos de aislamiento acústico, especialmente si tu cliente se dedica a alguna rama relacionada con los audiovisuales. El aislamiento térmico y la ventilación también son fundamentales cuando se trata de una habitación que está sometida a demasiado calor o frío en determinadas épocas del año.
Como interiorista, debes pensar en todo, y eso incluye el tipo de tecnología que tu cliente necesita para hacer el trabajo de la manera más eficiente y agradable. No está de más que en tu propuesta sugieras elementos como bocinas inteligentes o surround, monitores lo bastante amplios para que no se canse la vista, espacios para repetidores de señal WiFi si es necesario, y en general todo aquello que tú sientas que puede facilitarle la vida.
En la misma línea, si tienes que elegir entre lo bonito y lo ergonómico, siempre apuesta por lo segundo, y mucho más cuando hablamos de sillas, escritorios, teclados y elementos de descanso.
No te dejes llevar por cómo se ve solamente, también averigua a fondo qué tan amable es con la postura y la movilidad cada mueble que propongas y también la distribución de cada cosa.
Por regla general, los colores neutros funcionan mejor cuando se trata de concentrarnos. Sin embargo, si hablamos de home office, puedes combinar colores sobrios con texturas audaces y/o relajantes, o con elementos de contraste en colores y formas vibrantes para que también la imaginación y la creatividad encuentren un ambiente ideal.
No pierdas de vista que no sólo es la gama cromática lo que importa, también los materiales de las superficies. Por ejemplo, una pared de corcho siempre es una gran aliada tanto estética como funcionalmente, y, por si fuera poco, es aislante.
Aceptémoslo: la inmensa mayoría de las personas comemos, hacemos pausas e incluso estiramientos cuando estamos trabajando desde casa ¡y eso está muy bien! Según la psicología, no es buena idea tratar de concentrarnos más de dos horas en la misma actividad. Necesitamos distraernos un poco cada tanto para recargar pilas.
Pero eso no significa que tengamos que movernos a otro espacio para lograrlo. Tu cliente seguramente tiene algún pasatiempo o actividad preferida que le encantaría poder hacer de a ratos mientras descansa un poco del trabajo. Involúcrate a fondo en su estilo de vida y realiza una propuesta con suficiente espacio para desplegar el mat de yoga, o con un sofá cómodo y original para buscar inspiración, o una estación de café para sus expresos favoritos.
Se trata de que mire la propuesta y diga: ¡quiero estar en ese lugar ocho horas diarias!
Las restricciones de metros cuadrados son mucho más evidentes cuando montas una oficina en una casa o departamento. Cuando hay necesidades muy específicas y no encuentras mobiliario que se adapte a la perfección, lo mejor es buscar proveedores que los hagan a la medida.
Esto es particularmente importante para escritorios, repisas y libreros que puedan aprovechar al máximo cada rincón y dejar más espacio libre. La personalización también le da un sello distintivo a muebles de descanso como sofás y poltronas, para que combinen increíble con el concepto que quieres construir.
A diferencia de un edificio de oficinas en el que la iluminación suele ser artificial en todo momento, cuando se trata de un espacio de trabajo en casa tienes que considerar cuánta luz entra a la habitación y cómo va fluctuando a lo largo del día.
Utilizar varias fuentes de luz indirecta o difusa que puedan modularse es fundamental tanto para proteger la vista de tu cliente como para evitar cambios indeseables en su nivel de energía de acuerdo con su ciclo de vigilia.
Quizá estamos dejando lo más obvio para el final, pero no es lo mismo una oficina para un editor o escritor, que para un analista de datos o un psicólogo a distancia. Todos tienen requerimientos diferentes y hay muchas sugerencias que, poniendo un poco de atención y empatía, puedes hacer para dejarlos deslumbrados con tu proactividad.
Así que antes de lanzarte de lleno con la propuesta de diseño, ponte a pensar cómo es un día normal de trabajo en la vida de tu cliente y comienza a construir a partir de ello.