Así como no todos los diseñadores o agencias de diseño son iguales, no todos los clientes se parecen al “cliente ideal” que siempre has soñado. De hecho, seguramente ya te diste cuenta de que son más bien escasos y de que es imprescindible aprovechar al máximo tus oportunidades cada que te topas con uno.
Por ello, hemos realizado para ti esta pequeña guía en la que te explicamos a detalle la psicología de un cliente de alto nivel que realmente puede ayudarte a potenciar tu carrera y tu reputación como diseñador y/o decorador de interiores.
Antes que nada, listamos algunas características básicas que separan a los clientes que te pueden ofrecer proyectos grandes y recurrentes, de los que sólo te pondrán a trabajar en propuestas sin llegar a concretar nada importante.
No se trata de alguien que por primera vez decide invertir en decoración, sino de una persona que creció rodeada de elegancia y buen gusto.
O, cuando menos, no es un tema especialmente restrictivo. Se trata de clientes que entienden el valor de un buen diseño y no esperan que hagas milagros con un presupuesto mínimo.
Por un lado, tienen una idea más o menos clara de lo que quieren y buscan, pero por otro, están abiertos a nuevas propuestas y te ofrecen un buen margen de libertad en tu trabajo porque confían en que tú eres el experto.
Un cliente satisfecho significa un montón de recomendaciones a largo plazo, especialmente cuando estás trabajando con una persona que tiene buenas relaciones y se rodea de gente con su mismo perfil.
Así como tú buscas cierta clase de proyectos, los clientes que tienen los proyectos más ambiciosos e interesantes están buscando un tipo de diseñador muy particular. Asegúrate de proyectar estas cualidades desde el inicio y tendrás muchas más probabilidades de éxito.
No necesariamente tienes que tener una trayectoria impresionante como interiorista para que tu portafolio pueda impresionar a un buen cliente. Lo que sí es un hecho es que los proyectos en los que hayas trabajado tienen que caracterizarse por su gran calidad, originalidad y sello distintivo.
Por ello, siempre que trabajes un proyecto asegúrate de documentarlo adecuadamente en tu portafolio, resaltando los aspectos más creativos y la manera en la que solucionaste los retos más importantes. Si puedes, maneja un portafolio de proyectos residenciales y otro de proyectos comerciales.
Por otro lado, considera que cada cliente contento es una referencia que puedes brindarle a un cliente potencial.
Aunque cada diseñador tiene un sello único que lo caracteriza, también es importante que puedas proyectar variedad en tu portafolio. Es decir, que no tienes problema en adaptarte a diferentes estilos y necesidades. Es fundamental que el cliente no termine pensando algo como “su trabajo es excelente, pero no sé si se adapta a lo que quiero”.
Potenciar la personalidad del cliente y no imponer la tuya en un proyecto de diseño es, quizá, uno de los retos más complejos a los que vas a enfrentarte en tu carrera, especialmente cuando te topas con clientes que ya están familiarizados con la decoración de interiores y tienen expectativas muy claras.
Ser creativo y propositivo es parte de tu trabajo, pero también asegurarte de que esa creatividad vaya 100% encaminada a cubrir las necesidades del cliente.
Naturalmente, al momento de elegir un diseñador de interiores, el cliente ideal siempre va a querer comparar varias propuestas. No olvides que probablemente estés compitiendo con al menos un par de colegas, así que adelántate y tómate el tiempo de crear para tu prospecto no una, sino dos o tres propuestas iniciales diferentes.
Esto te da muchas más posibilidades de que alguna de ellas sea la elegida, de entre todas las que el cliente pueda tener. E incluso, de que se sienta tan satisfecho con tu proactividad que decida no buscar otras opciones.
El cliente ideal suele ser, al mismo tiempo, un cliente bastante ocupado. Esto significa que está esperando un servicio integral, de tal forma que él sólo tenga que explicar lo que necesita, dar luz verde al presupuesto y llegar a disfrutar su nuevo ambiente lo antes posible.
Por ello, si como diseñador sólo ofreces el proyecto de diseño y no el servicio completo para materializar esa propuesta (contratación de mano obra, compra y cotización de materiales, supervisión, etc), es probable que, aunque sea muy buena, el prospecto elija por comodidad y practicidad a un proveedor que sí cubra todo.
Uno de los trabajos permanentes del diseñador es estar a la “caza” todo el tiempo de nuevas propuestas tanto en diseño de muebles y decoración, como en materiales para interiorismo. De hecho, lo ideal es que en la medida de lo posible te preocupes no solo por conocer a los mejores exponentes del diseño mexicano, sino también de relacionarte con ellos para poder conseguir mejores precios y diseños exclusivos.
Por ejemplo, en POLaRT nos encanta consentir a nuestros interioristas y a los profesionales del diseño que confían en nuestros productos para darle un toque único a su trabajo. ¿Ya conoces nuestro catálogo personalizable?
Finalmente, no está de más recalcar que un cliente ideal busca un servicio totalmente confiable, transparente y eficiente. Nunca aceptes un proyecto que exceda tus posibilidades y tus tiempos, y no prometas lo que no puedes cumplir sólo para quedarte con el proyecto. Dicen por allí que un cliente satisfecho equivale a una buena recomendación, pero un cliente insatisfecho equivale a cientos de malas recomendaciones.