Los interioristas sabemos bien que el entorno tiene una poderosa influencia sobre nosotros: las formas, colores, texturas y tamaños de los objetos que nos rodean pueden determinar cómo nos sentimos e incluso cómo nos comportamos en uno u otro lugar.
Uno de los mayores logros a los que un interiorista aspira es poder crear espacios que influyan de manera positiva y que provoquen una respuesta emocional genuina y significativa en los usuarios.
Para lograr esto, primero hay que entender cómo y por qué ocurre este fenómeno, de este modo podremos aprovecharlo y aplicarlo en nuestros diseños. Así que vamos a empezar desde lo más básico ¿qué tiene que ver la estética con las emociones?
La estética como un detonante de emociones
Pese a que las emociones son un fenómeno complejo, multidimensional y sobre todo subjetivo, para fines prácticos podemos catalogarlas como estados afectivos de la mente de corta duración: como admiración, aburrimiento, placer, estrés, alegría y odio.
Aunque aún estamos lejos de poder medir las emociones, sí que podemos observar y medir algunos de sus aspectos. Los más evidentes son las conductas manifiestas, pero también podemos preguntarle directamente a las personas cómo se sienten, y justamente de esto vamos a hablar más adelante.
En lo que respecta a diseño, la estética y la funcionalidad lo son todo e idealmente van de la mano. Hay muchos elementos -como la decoración y la iluminación- que tienen un impacto directo en la riqueza compositiva del espacio, pero innegablemente el elemento más determinante son los muebles.
Algo importante que hay que hacer notar es que un entorno de calidad trae consigo un círculo virtuoso: Cualquier espacio bello y agradable propicia las interacciones placenteras y genuinas entre personas, lo que a su vez hace más sencilla la creación de vínculos interpersonales positivos.
La influencia del mobiliario en nuestras emociones
En 2011, un equipo interdisciplinario de la Universidad de Oregon se dio a la tarea de comprobar de manera científica si en efecto los muebles pueden provocar una respuesta emocional en las personas.
Para ello, midieron las reacciones de los 111 participantes en el estudio ante cuatro escenarios, dos escenarios con formas curvilíneas y dos escenarios con formas ortogonales.
Uno de los aspectos más importantes de este estudio es justamente el uso de estos escenarios en los que usaron muebles y distintos diseños en un espacio. En contraste, muchos estudios anteriores habían enfocado este problema únicamente exponiendo a los participantes a cuerpos geométricos sencillos. Es decir, fue hecho teniendo el interiorismo en mente.
Los resultados indicaron que el escenario con formas curvas provocó sensaciones de relajación, tranquilidad y calma, mientras que las formas ortogonales no tuvieron el mismo efecto.
No sólo eso, sino que la gran mayoría de los participantes manifestaban querer acercarse más a estos espacios que a aquellos con únicamente líneas rectas.
Con este estudio, quedó confirmado lo que años de empirismo señalaban con claridad: nada es mejor para evocar emociones y estimular los sentidos, que las formas complejas y suaves.
Muebles de diseño: objetos con una carga simbólica que pocos se imaginan
Este estudio es apenas una aproximación a la enorme complejidad del fenómeno de interacción óptico-haptica entre las personas y los muebles, pues le falta explorar un aspecto muy importante: la carga simbólica de los objetos.
Y es que nuestra mente trabaja por asociación: en el momento en el que conocemos algo, lo recordamos dentro de un contexto y vinculamos otros conocimientos a ese recuerdo.
Por ejemplo, si a un adulto promedio le muestras una fotografía del “Trono de Hierro”, muy seguramente en su cabeza comenzará a sonar el tema de la popular Game of Trones, y se sentirá emocionado por la cantidad de recuerdos que ese estímulo visual le provoca.
Lo mismo ocurre con los muebles que usamos en la vida diaria: por su forma, tamaño, colores y texturas, inmediatamente te remiten a lugares que has visto o visitado, y aunque no lo creas, este proceso de asociación puede predisponerte a ciertas emociones o -en el mejor de los casos- provocártelas.
Con todo esto en mente, llama mucho la atención el que los muebles minimalistas, que no son particularmente curvilíneos ni ricos en formas y texturas, sean usados de manera tan extensa, y al respecto, las dos única razones que encontramos para que sea así, son:
- Que son mucho más económicos de producir.
- Que al no ser más estimulantes que lo estrictamente necesario, son útiles en ambientes donde se requiere de demasiada concentración.
Sin embargo, estas dos razones no son motivo suficiente para desperdiciar las enormes posibilidades estéticas que se pueden lograr con muebles de otros estilos, de mayor riqueza y complejidad formal, como las hermosas piezas inspiradas en las corrientes más representativas de la historia, como el barroco, el rococó y el estilo victoriano.
Aprovecha todos estos recursos en tus diseños
Contrario a lo que muchas personas creen, los muebles clásicos no pertenecen únicamente a museos. Los trabajos de diseñadores como Marcel Wanders nos dejan claro que pueden lucir fenomenales en el interiorismo contemporáneo.
Y si piensas que esta clase de mobiliario sólo se puede conseguir en el extranjero, te alegrará saber que no es así. Los muebles de inspiración clásica de Nicheo llevan la riqueza y la belleza de estas piezas a tus proyectos en cualquier rincón de la República Mexicana.
Así que, si te sientes con ganas de aventurarte, qué mejor momento que este para descubrir todo lo que puedes lograr con muebles de diseño para tus trabajos de interiorismo.
Si ya te has decidido a dar el paso pero no sabes a ciencia cierta cómo deberías presentarle algo así a tus clientes, te recomendamos consultar la guía de lo que necesitas saber para elaborar y presentar un proyecto de interiorismo de calidad profesional. Una vez que domines estas herramientas, será difícil que un cliente te diga que no.
Fuente: Sibel S. Dazkir and Marilyn A. Read: Furniture Forms and Their Influence on Our Emotional Responses Toward Interior Environments, Oregon State University, Corvallis