Desde los albores de la arquitectura, todos los diseñadores se han enfrentado a un enemigo en común: el paso del tiempo.
Y es que el tiempo no perdona, y menos aún en el mundo de la construcción. Los estilos que en algún momento estuvieron vigentes son constantemente reemplazados por nuevas propuestas, que en poco tiempo sufrirán el mismo destino.
En la antigüedad, este proceso tardaba décadas e incluso siglos en ocurrir, pero con el paso del tiempo se ha acelerado cada vez más, y en cada época los diseñadores han tenido que encontrar distintas soluciones para adaptarse al cambio.
Por ejemplo, si has caminado por el centro histórico de una ciudad colonial, seguramente notarás que en los edificios de varios pisos cada nivel está ornamentado de manera distinta. Esto se debe a que cada piso fue construido en una época distinta, y usar las nuevas corrientes y estilos era una manera de mantenerse actualizado y a la moda.
Naturalmente, esta estrategia poco o nada nos conviene en pleno siglo XXI, pues constantemente surgen ideas y propuestas nuevas, al grado de que muchos entusiastas del interiorismo prefieren no embarcarse en proyectos demasiado ambiciosos por temor a que su creación pase de moda antes de que puedan recuperar su inversión.
Si te ha pasado algo similar, no te preocupes, no eres el único. Hoy dedicaremos este espacio a hablar de una estrategia sumamente efectiva para garantizar que tu decoración se mantendrá vigente por muchos, muchos años. Estamos hablando del diseño transicional.
Diseño transicional: el punto medio ideal para la decoración
Es muy común que al emprender un proyecto de interiorismo nos enfrentemos a un dilema: usar un estilo original y audaz, o apostar por algo más conservador, y muchas veces, motivados por el temor a ser estrambóticos, nos decidimos por lo segundo.
Sin embargo, esta es una falsa dicotomía, pues es perfectamente viable conciliar tu impulso de innovar con la necesidad del cliente de mantenerse dentro de una zona de confort, y de paso, crear un estilo único, irrepetible y cuya vigencia extendida le de valor añadido a la inversión.
Creando estilos que no pasarán de moda
A diferencia del eclecticismo, que toma ideas de estilos que a menudo coexisten en el mismo periodo, el estilo transicional consiste en hacer una yuxtaposición de elementos clásicos y contemporáneos.
En el diseño transicional la limpieza y sobriedad del modernismo pueden coexistir perfectamente con muebles clásicos, llenos de curvas y detalles, y toda clase de materiales tienen cabida, lo que permite una enorme riqueza de texturas y colores.
Pero cuidado, no se trata de hacer un “collage de estilos”, sino de manejar con elegancia y maestría elementos que se contrapuntean y complementan entre sí.
Materiales, colores, texturas, luces...todo cuenta
Para lograr un espacio rico en estímulos visuales y hápticos, hay que aprovechar todos los recursos del diseño interior, teniendo cuidado de no exagerar con ninguno en particular.
Y con “recursos del interiorismo” nos referimos a todo aquello que hace a un espacio confortable, detalles que estimulan los sentidos de manera integral. Una manera de lograrlo, es tener a la mano catálogos y muestras de proveedores cercanos a tí o que puedan hacer envíos a tu área. De este modo, no será nada difícil materializar tus diseños.
La importancia de los muebles
Una de las mayores ventajas del diseño transicional es que en casi todas las ocasiones los acabados y detalles en muros, pisos y techos son mínimos, y los muebles son los encargados de aportar esos destellos de color y formas intrincadas.
Como puedes imaginar, no cualquier mueble puede cumplir con la tarea de tomar el protagonismo de un espacio. No hace falta que te rompas la cabeza, pues otros diseñadores -como Marcel Wanders- ya han descubierto cuál es el mobiliario perfectos para este reto: los clásicos.
Y es que los muebles producidos entre el siglo XVI y el siglo XIX tienen un encanto que trasciende la barrera del tiempo. Su elegancia y su presencia enriquece inmediatamente cualquier espacio.
Decimos muebles clásicos por practicidad, pero en realidad estamos englobando varios estilos como el Barroco, Luis XV y Victoriano.
El diseño transicional y la industria del hospitality: una historia de amor
Aunque el diseño transicional puede usarse en toda clase de edificios, desde residenciales hasta comerciales e incluso de servicios, cabe destacar que hay una industria que ha demostrado ser la más beneficiada de él: el hospitality.
El hospitality es el conjunto de los negocios que no sólo proveen servicios de alimentos, entretenimiento y hospedaje, sino que brindan experiencias e historias que sus clientes pueden vivir y disfrutar.
Es normal que los empresarios que mueven a esta industria quieran ir “a la segura”, tratando de darle una atmósfera neutra a su negocio. Sin embargo esto termina siendo contraproducente, pues el resultado es un diseño que se pierde entre la competencia.
Los turistas y clientes que acuden a hoteles y restaurantes, buscan deleitarse, sumergirse en una atmósfera estimulante que los haga escapar de su vida cotidiana, sobre todo aquellos que visitan un país como México, famoso por su colorido y su rica herencia plástica del barroco y plateresco virreinal. Por ello, los negocios que han optado por salirse de lo convencional -pero no totalmente- y han apostado por el diseño transicional integrando elementos clásicos y modernos, no han tardado en ver recompensada su decisión.
La decoración transicional y tú, interiorista.
Si tienes la fortuna de involucrarte en un proyecto de hospitality, considera al diseño transicional como tu mejor aliado para poder crear espacios impactantes e inolvidables que se mantendrán vigentes por mucho tiempo.
¿Necesitas una estrategia que te permita presentar un proyecto de decoración ambicioso? Echa un vistazo a esta guía que hemos preparado, en la que podrás encontrar todo lo que necesitas saber sobre cómo elaborar y presentar un proyecto de interiorismo al que ningún cliente se podrá resistir